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16 También algunos guerreros de las tribus de Benjamín y de Judá se unieron a David en la fortaleza. 17 David salió a su encuentro y les dijo:

―Si venís en son de paz y para ayudarme, os aceptaré; pero, si venís para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!

18 Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y este exclamó:

«¡Somos tuyos, David!
    ¡Estamos contigo, hijo de Isaí!
¡Tres veces deseamos la paz
    a ti y a quien te brinde su ayuda!
        ¡Y quien te ayuda es tu Dios!»

David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.

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